La actividad de los recolectores, va más allá de juntar o cosechar plantas de uso cotidiano para la población local: resguardan saberes construidos históricamente para la comunidad local. Saberes que se transmiten en forma verbal, de generación en generación acercad de dónde encontrar las distintas especies, cuándo y cómo recolectarlas y para qué se usan.
Algunas personas recolectan con fines económicos. Salen de madrugada, caminando grandes distancias en el cerro con pesadas bolsas llenas de plantas. Venden atados de ramas frescas en las calles o bolsitas de plantas secas en ferias de productores y paseos regionales. El ingreso proveniente de la recolección es bajo, sólo complementa el ingreso familiar, y esta actividad es poco valorada socialmente. Se va abandonando la recolección como actividad económica, perdiéndose los conocimientos derivados. Es también posible que el avance de la farmacología moderna afecte la demanda local de plantas medicinales, relegando el saber ancestral.
Existe otra demanda, nacional e internacional, proveniente de las industrias alimenticias, farmacéutica y cosmética, que genera serios retos ecológicos y sociales. la recolección a gran escala amenaza las poblaciones de plantas y las especies, poniendo en riesgo los ecosistemas locales. A su vez, la menor disponibilidad o pérdida de estos recursos silvestres afecta el ingreso de los pequeños recolectores y perjudica las economías regionales. (Extraído de "Usos de plantas medicinales y aromáticas silvestres en Chilecito y Famatina, Univ. Nac. de Chilecito - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, Chilecito, La Rioja, Argentina, 2013, pág. 5)
Este video muestra la actividad de los recolectores de aromáticas, en base al trabajo realizado por los investigadores de la UNdeC.
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